Por lo que se ve, es verdad eso que dicen de que el tiempo cambia las cosas. Al igual que tu vida puede cambiar totalmente en un instante, cómo cuando te enamoras o cuando tienes un accidente de tráfico, tu vida también puede ir cambiando poquito a poquito, detalle a detalle, sin que apenas te des cuenta, hasta que un día lo que parecía estar al derechas termina del revés. Entonces, cuando observas cómo todo ha ido cambiando sin avisarte y sin pedirte consejo ni opinión alguna, te ves derrotada ante lo que un día era tu vida y gobernabas tú. Es como si tu propio ejército, al que creías tener controlado, te diese la espalda y de repente luchase contra ti mientras tú estás desarmada. Sí, es injusto, pero así es la vida. De repente te ves entre la espada y la pared.

domingo, 25 de diciembre de 2011

- ¿Me besas?
- ¿A ti? ¿Para qué querrías tú que yo hiciera eso?
- Mira, es algo inevitable, tan inevitable el deseo, como cuando comes un poquito de chocolate y cuando te lo has terminado, ¿a que hay algo?, sí, algo que no puedes controlar, y te levantas a por otro trozo, así una y otra vez... y al final te terminas la tableta. O cuando estás en la ducha, sí, que hace frío fuera, y tú estás en la ducha calentito, y por mucho que sepas que hay que cerrar el grifo, tú no lo cierras y sigues un poquito más. Sí, o cuando estás en la calle, feliz, con tus amigos, sabes que tienes que volver a la hora que te pusiste para estudiar, pero estás tan feliz que empiezas a dejarte más tiempo, y al final estudias al día siguiente.. y así mil ejemplos más... Pues eso mismo es lo que me gustaría que pasase contigo, conmigo, en fin con los dos.. pero no hemos empezado ni la tableta, ni la ducha, ni hemos salido a la calle. Te lo vuelvo a repetir. ¿Me besas? No sé, siento que si lo haces, nos comeremos más de una tableta, la ducha será eterna y no volveremos nunca a casa para estudiar..

No hay comentarios:

Publicar un comentario