Por lo que se ve, es verdad eso que dicen de que el tiempo cambia las cosas. Al igual que tu vida puede cambiar totalmente en un instante, cómo cuando te enamoras o cuando tienes un accidente de tráfico, tu vida también puede ir cambiando poquito a poquito, detalle a detalle, sin que apenas te des cuenta, hasta que un día lo que parecía estar al derechas termina del revés. Entonces, cuando observas cómo todo ha ido cambiando sin avisarte y sin pedirte consejo ni opinión alguna, te ves derrotada ante lo que un día era tu vida y gobernabas tú. Es como si tu propio ejército, al que creías tener controlado, te diese la espalda y de repente luchase contra ti mientras tú estás desarmada. Sí, es injusto, pero así es la vida. De repente te ves entre la espada y la pared.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Quiero disfrutar sin tener que contar los segundos, sin tener que mirar el reloj para ver cuando tengo que volver a casa; quiero ver cada amanecer despierto, y dar las gracias por esa espléndida noche que pasé, quiero poder volar y sentir la moléculas de oxígeno pegadas contra mis pulmones y sentir la libertad que esa sensación me proporciona, quiero poder sentir el espacio y el tiempo, el lugar y el momento, la ilusión y la satisfacción de saber que estoy aquí, viviendo el momento de ahora y saber que no estoy desperdiciando mi tiempo.

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