Por lo que se ve, es verdad eso que dicen de que el tiempo cambia las cosas. Al igual que tu vida puede cambiar totalmente en un instante, cómo cuando te enamoras o cuando tienes un accidente de tráfico, tu vida también puede ir cambiando poquito a poquito, detalle a detalle, sin que apenas te des cuenta, hasta que un día lo que parecía estar al derechas termina del revés. Entonces, cuando observas cómo todo ha ido cambiando sin avisarte y sin pedirte consejo ni opinión alguna, te ves derrotada ante lo que un día era tu vida y gobernabas tú. Es como si tu propio ejército, al que creías tener controlado, te diese la espalda y de repente luchase contra ti mientras tú estás desarmada. Sí, es injusto, pero así es la vida. De repente te ves entre la espada y la pared.

viernes, 31 de agosto de 2012

¿Sabes? Con el tiempo descubrí que no hay mosntruos en el armario y que los finales no son como cuentan los cuentos. Que no existen los Reyes Magos, y tampoco el ratoncito Pérez. Que los malos no son tan malos, ni los buenos son tan buenos, que no siempre llueve en invierno, ni te mueres de calor en verano. Que los conciertos están para gritar y dejarse la garganta. Que cuando quieres que algo ocurra, no ocurre, que siempre ocurrirá cuando menos te lo esperas. Que a los chicles siempre se les va el sabor y los helados siempre se acaban derritiendo. Que a veces las medias siempre se terminan rompiendo y que los tacones a las 5 o 6 de la mañana están en tus manos. Que el último trocito de chocolate es el que mejor sabe. Que siempre que bosteses alguien lo hará contigo y que siempre que comas palomitas del microondas quedarán unas pocas sin hacer. Que los besos a escondidas saben mejor y que el lugar más inesperado te encontraras a quién más tiempo llevas deseando ver porque el mundo es un pañuelo. Que hay personas que no valen la pena, pero hay otras que de repente llegan y te cambian la vida y te la cambian para SIEMPRE.

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