Por lo que se ve, es verdad eso que dicen de que el tiempo cambia las cosas. Al igual que tu vida puede cambiar totalmente en un instante, cómo cuando te enamoras o cuando tienes un accidente de tráfico, tu vida también puede ir cambiando poquito a poquito, detalle a detalle, sin que apenas te des cuenta, hasta que un día lo que parecía estar al derechas termina del revés. Entonces, cuando observas cómo todo ha ido cambiando sin avisarte y sin pedirte consejo ni opinión alguna, te ves derrotada ante lo que un día era tu vida y gobernabas tú. Es como si tu propio ejército, al que creías tener controlado, te diese la espalda y de repente luchase contra ti mientras tú estás desarmada. Sí, es injusto, pero así es la vida. De repente te ves entre la espada y la pared.

martes, 23 de agosto de 2011

Un camino solitario que alcanzar

Siento el frio de las olas tocando mis pies descalzos mientras van y vienen. Entre los dedos se cuela la arena, esa arena mojada que deja la marca de mi pie al dar otro paso.
Huella tras huella, paso tras paso, he ido haciendo camino. Un camino largo con alguna que otra piedra a la que esquivar y algún que otro gran impedimento que he tenido que derribar para llegar donde estoy.
Me alejo pocos metros de la orilla, me siento en esa arena fina junto a ese aire salado que se pega a tu piel y jamás te suelta. Ay retos que superar y objetivos que alcanzar, por eso se que en cualquier momento llegara el día en el que este en esa delgada línea que une o separa el mar y el cielo.

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