Por lo que se ve, es verdad eso que dicen de que el tiempo cambia las cosas. Al igual que tu vida puede cambiar totalmente en un instante, cómo cuando te enamoras o cuando tienes un accidente de tráfico, tu vida también puede ir cambiando poquito a poquito, detalle a detalle, sin que apenas te des cuenta, hasta que un día lo que parecía estar al derechas termina del revés. Entonces, cuando observas cómo todo ha ido cambiando sin avisarte y sin pedirte consejo ni opinión alguna, te ves derrotada ante lo que un día era tu vida y gobernabas tú. Es como si tu propio ejército, al que creías tener controlado, te diese la espalda y de repente luchase contra ti mientras tú estás desarmada. Sí, es injusto, pero así es la vida. De repente te ves entre la espada y la pared.

martes, 12 de julio de 2011

LA FELICIDAD

Y llega un día en que decides que quieres volver a ser feliz, y al decidir esto te das cuenta de la complejidad de esta palabra. La felicidad, ¿cuàntaslocuras se han hecho para conseguirla? ¿Y cuántas veces el hecho de buscarla desesperadamente sólo conlleva frustración y fracasos? Han sido, son yserán muchos los que han llorado, lloran y llorarán por estos fracasos, fracasos impotentes e inmensamente tristes, porque dejan al descubierto que nohas elegido correctamente la dirección de tus pasos y que estás vacío por dentro, que estás desorientado. Cuando buscas la felicidad en el lugarequivocado y no lo consigues, y las lágrimas caen suavemente por tus mejillas, en este momento estás empezando a entender, aunque tú no lo sepas,lo esencial: la felicidad no se busca, simplemente se encuentra.
Algún día, cuando hayas dado mil vueltas al mundo, y dejes de buscar felicidad por todos los rincones, ese día la encontrarás, en el lugar másinesperado, en una mirada, en un beso o en un sueño hecho realidad; te sorprenderás al ver que has encontrado justamente lo que no estabas buscando, y te sentirás lleno. Entonces recordarás lo que alguien te dijo un día: sólo las lágrimas de alegría pueden tener el privilegio de mirarte a losojos; y llorarás, por fin, de felicidad.

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